Olor a cocido
Ese mismo año en que funda su editorial de Hortaleza, un par de meses después, el grupo de jóvenes intelectuales modernistas “Gente nueva” publican la revista agresiva Germinal en la que acusan a toda la literatura realista, y en especial a la obra de Galdós de ser una literatura que “huele a cocido casero”. Una acción que ahora llamaríamos "matar al mensajero", pues la capital de España en efecto era el centro de un país en decadencia, donde triunfaba la zarzuela y el cocido era uno de los pocos platos que se podía permitir la mayoría de la población. El hecho de que la literatura realista tuviera que reflejar necesariamente estos aspectos no la convertía en garbancera, pero era un signo de los tiempos, según la tradición canibal de las generaciones literarias, los modernistas tenían que acabar (incluso a bocados) con los realistas.
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